miércoles, 24 de diciembre de 2008

COSTUMBRE


COSTUMBRE 


Me ganó la costumbre. 

Me acostumbré 

a no explayar el mapa del futuro 

sobre un lecho revuelto de sudores 

y promesas radiantes 

y a no mentirle lluvias a un paraguas 

que espera, receloso, 

en un armario donde aguza el tedio 

su oído desacompasado. 

Me acostumbré 

a descalzar mis huellas 

de perra seguidora de tu celo 

en el umbral de un ayer que he clausurado 

con mil y una noches de mutismo, 

a no gastarme en tus laberintos, 

a no claudicar ante la espesa 

saliva de tu asombro. 

Me acostumbré a olvidarte. 

A no dejar la piel en el recuerdo. 

Evaporé mi llanto con un rito 

de hojarasca e incienso. 

Y dejé de buscarte en las guaridas 

donde la araña trenza 

una promesa abierta de futuro. 

Y dejé de buscarme en los espejos, 

una muñeca rota 

cancelando sus deudas con la nada.




Arte: "The Key to Wonderland", Christian Schloe



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