martes, 27 de abril de 2010

CAPITULACIÓN


CAPITULACIÓN
  


I 

Uno de tus destinos 

se enmarañó en mi sombra. 

 No fue un destino posible: 

siempre fuiste tan tuyo 

que nunca fuiste mío. 



II 

La dictadura de lo que no nombro 

desmenuza 

este verso que crispa. 

Más sola 

cuando estábamos juntos. 

Menos sola 

cuando despunta, 

en mi verticalidad de hembra, 

el vicio de extrañarte. 



III 

Desactivar la presencia, 

no indagarte 

detrás de la camisa del verano, 

en los lienzos doblados por el llanto, 

en el espejo 

que muta en espejismo 

(tu piel arrinconando mis rincones, 

la sed 

que echa raíces en la boca). 



IV 

Romper mi  marca de fracasos. 

Cómo dolemos los dos 

en la memoria. 

La pasión fue tan corta 

que aún perdura.



V 

Un agujero de viento 

 despromete promesas 

(la sangre). 

¿Hubo un jardín?

 El sol salpica mis costados 

y no me salva.



VI 

Soltar las manos mutuas. 

La suma del tiempo 

ejecuta  

jornadas lentas. 

Ligar tu nombre 

al duelo.

Comprender 

el espeso desgano 

de los muros.



VII 

La negra anatomía del despojo. 

Teorema de mi lengua amatoria 

tu cuerpo 

canibaliza  recuerdos.

No hay flores 

que salven lo muerto  

del rutina de lo corruptible. 

Lápidas mudas 

murmurando 

la piel distanciada.  



VIII 

Uno de mis destinos 

se enredó en tu silencio, 

 fue un destino posible: 

la palabra omitida  

daña el grito  

de la loba entregada 

a la sonrisa curva del sicario.
  


IX 

Capitular. 

Acatar la sanción a la inocencia. 

El amor fue un lujo transitorio. 

Como la vida.



X 

La meta era el olvido: 

yo llegué primero. 

Anticipé la muerte en cada beso 

y cerré 

los ojos de la carne. 

Para no cantar lo cantado. 

Para seguir cantando

esta esperanza rota.



Arte: "The Parting", Lori Earley



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