lunes, 5 de mayo de 2014

ELLAS


ELLAS



Y en los dedos tienen

mariposas de piel

de  vuelo inconcluso

(mariposas que nacieron para qué,

para dónde)

y lámparas doradas

que no pueden desnudarse

hasta alcanzar la luz.



Y en los ojos tienen

golondrinas de humo

muertas o casi muertas

(casi muertas)

y cementerios donde yacen rondas,

pececitos de arena,

escalofríos rojos.



Y en la boca tienen

animales sin rumbo,

palabras que nacen cenizas,

labios que pagan

el diezmo del terror,

relámpagos de saliva

llamando hasta siempre,

hasta nunca.



(Si tuvieran, también, espejos

en los dedos, en los ojos, en la boca,

se mirarían en ellos

y serían ancianas mirándose en espejos niños.

Idénticos rostros repetidos.

Redondos jardines oscuros

sembrados de pájaros rotos).



Y en los dedos, en los ojos, en la boca tienen jaulas.

Cadenas.

Esposas.

Grilletes.



Y en el corazón tienen

niebla verde de distancia.

Y tantos, tantos siglos

 de presentir cadáveres.






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